Egibar y batasuna

El PNV sale a la calle con la izquierda radical en defensa de Otegi
Una multitudinaria manifestación protesta en San Sebastián por la detención de la cúpula de Batasuna

SAN SEBASTIÁN

de miles de personas secundaron el llamamiento de los sindicatos abertzales y recorrieron ayer las calles de San Sebastián en protesta por las detenciones que esta semana han llevado a la cárcel a varios dirigentes de la izquierda radical, entre ellos, Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, acusados de intentar reconstruir Batasuna. La movilización contó con los principales representantes de los partidos nacionalistas, que ya habían anunciado su presencia, y dejó imágenes singulares. La fotografía más buscada fue la del presidente del PNV en Guipúzcoa,
Joseba Egibar, saludando a Rufi Etxeberria, el ex mahaikide puesto en libertad el pasado viernes tras prestar declaración ante el juez Garzón. Una escena así no se vivía desde el último proceso de paz, que ETA finiquitó en diciembre de 2006 con la colocación de una furgoneta bomba en la T-4 de Barajas que mató a dos personas. El fracaso de las conocidas como conversaciones de Loyola provocó graves acusaciones cruzadas entre la izquierda abertzale ilegalizada y los jeltzales, cuya relación no había dejado de deteriorarse hasta esta misma semana.
La suma de todas las fuerzas nacionalistas a la convocatoria de los sindicatos fue puesta en valor por todos los participantes. Esta circunstancia recordó al pacto de Lizarra suscrito por todos los partidos abertzales y varios agentes políticos y sociales en 1998. El PNV, sin embargo, dejó claro que su asistencia, de la que preservó a su presidente, Iñigo Urkullu, era puntual y respondía a lo que entendieron como una «vulneración» de los derechos humanos, como es el de reunión. Más entusiastas se mostraron la izquierda radical, EA y Aralar, quienes, a pesar de defender la acumulación de fuerzas soberanistas en los últimos tiempos, habían sido incapaces de impulsar iniciativas conjuntas -hasta ayer- por la persistencia de la violencia de ETA.
En este contexto, la manifestación arrancó entre aplausos a las cinco en punto de la tarde del túnel de Ondarreta, encabezada por responsables de los sindicatos convocantes ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU, que sostenían la pancarta con el lema 'Askatasunaren alde, eskubide guztiak guztientzat' (A favor de la libertad, todos los derechos para todos). En una segunda fila se situaron los dirigentes de los partidos que respaldaron la protesta, entre los que se incluyeron Andoni Ortuzar e Iñaki Gerenabarrena del PNV, Aintzane Ezenarro y Mikel Basabe de Aralar, y Pello Urizar y Maiorga Ramírez de EA.
Lemas incómodos
La representación más nutrida fue la de la izquierda abertzale ilegalizada. Entre los asistentes se incluyeron Tasio Erkizia, Jone Goirizelaia, Nekane Erauskin, Miren Legorburu, Marian Beitialarrangoitia -alcaldesa de ANV de Hernani-, así como el detenido en el operativo y puesto en libertad tras prestar declaración ante Garzón Txelui Moreno. También enviaron delegaciones desde Hamaikabat -la formación escindida de EA- Alternatiba Eraikitzen, con Oskar Matute a la cabeza y EB, que mandó a Antton Karrera. Entre los representantes de la sociedad vasca asistieron el periodista Martxelo Otamendi y el ex presidente del Athletic José María Arrate.
A medida que la manifestación avanzaba, la gente que esperaba agolpada en las aceras del Paseo de la Concha y la calle San Martín se sumaba a la movilización. La mayor parte de las consignas que se gritaron a lo largo de la protesta reclamaban la libertad de los detenidos, la independencia para el País Vasco y la democracia para Euskadi.
De modo más esporádico, también hubo lemas más incómodos para algunos de los participantes como 'PSOE-GAL berdin da', '¿Non da Jon?, 'Batasuna aurrera' o 'PNV, español'. El recorrido estaba salpicado con pancartas que rezaban 'Independentziaren bidean, aldaketa politiko eta soziala' (En el camino a la independencia, cambio político y social), algunas de ellas con el logotipo de Batasuna, que resumen el discurso que en los últimos tiempos mantiene la izquierda abertzale proscrita.
Sujeto activo
Una hora y diez minutos después de su partida, la cabecera llegaba al Boulevard donostiarra, mientras que miles de personas aún recorrían las calles de la ciudad. Las seis furgonetas de la Ertzaintza que precedieron la marcha se distribuyeron por las avenidas contiguas y la calle Hernani. Un helicóptero de la Policía autónoma no dejó de sobrevolar la protesta hasta su conclusión. Sobre un escenario improvisado sobre un tráiler cruzado en la carretera, los secretarios generales de LAB y ELA, Ainhoa Etxaide y Adolfo 'Txiki' Muñoz, respectivamente, leyeron un comunicado en euskera y castellano. Tras exigir la «inmediata derogación» de la Ley de Partidos, subrayaron que, al amparo del pacto antiterrorista suscrito en 2001 por PP y PSOE, el Estado está llevando a cabo «un genocidio político en toda regla al que es preciso dar fin».
En la misma línea, denunciaron la «instrumentalización» de la administración de justicia «con fines políticos». Por todo ello, manifestaron su profunda preocupación sobre «la deriva antidemocrática, autoritaria y represiva del estado español», ya que éste «sigue negando las distintas realidades nacionales existentes y con especial énfasis la del pueblo vasco».
A juicio de las centrales sindicales, el Estado español, con actuaciones como la del pasado martes, «vuelve a refrendar» que la única salida que ofrece a la sociedad vasca es la «perpetuación del conflicto». Ante esta situación, apelaron al conjunto de la clase trabajadora vasca a «redoblar su compromiso» en la búsqueda de una «solución democrática para el conflicto vasco».
Los convocantes recalcaron que la respuesta ofrecida en las calles de San Sebastián es una muestra de que la sociedad vasca no está dispuesta a ser «sujeto pasivo» y que demanda este tipo de iniciativas que le hagan «protagonista». La movilización concluyó con nuevas consignas, el canto de la 'Internacional' en euskera y el 'Eusko gudariak'.